A pesar de que la cafeína es considerada como un compuesto adictivo creador de daños como el deterioro del esmalte dental o la posibilidad de una dislipidemia, estudios recientes han permitido levantar discursos acerca de sus beneficios para el organismo, donde destaca su propiedad como antioxidante.
Puede que una de las preguntas más frecuentes en el mundo sea: ¿se sirve una taza de café? Y es que el consumo de este grano a través de sus distintos estados, es diariamente degustado por millones de paladares y según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, su fabricación dentro del globo prevista para el año 2010 sería de 7.033 miles de toneladas, contrastadas con las 6.688 que se establecieron entre 1998 y 2000.
Tomarse una o más tazas de café pueden dibujar tantos contextos como individuos involucrados: una amena conversación en un restaurante, un nervioso universitario estudiando a altas horas de la madrugada y un apurado desayuno, pueden ser algunos de ellos y si bien en Chile el consumo per cápita es bajo (150 tazas anuales) comparado con naciones europeas (1000 tazas anuales), incorporar a la cafeína en nuestra dieta es al parecer, algo rutinario en varias personas.
Existen variadas observaciones con respecto a los efectos que tiene el café sobre el organismo de los seres humanos. Si beberlo es malo o bueno, al parecer dependerá de las condiciones de salud en las que estemos, pues si existen patologías ya diagnosticadas en el orden del sistema digestivo o del cardiovascular, puede que la in gesta de cafeína provoque algunos daños que es mejor prevenir consultando al médico.
Para Paulo Silva Ocampo, nutricionista y miembro del colegio que agrupa a estos profesionales, el café no representa mayores conflictos para el organismo, y al contrario de lo que comúnmente se piensa, la cualidad de antioxidante del llamado ‘oro negro’ es muy importante: “los principales antecedentes del café son los compuestos fenólicos y especialmente el ácido cloro génico nombre específico del antioxidante. En cuanto a cantidad, es súper rico en este compuesto en relación a otros alimentos que también lo contienen, como las moras”, afirma.
A pesar de esto, Silva advierte que luego del proceso de tostado por el cual pasa el café, se pierde cantidad de esta virtud antioxidante, pero comenta que a su vez se genera melanoidina, fibra alimenticia que favorece a los sistemas digestivo, excretor y endocrino, cumpliendo así una función probiótica en el cuerpo.
Lo bueno, lo malo y el mito
El nutricionista comparte la idea de sus pares quienes mencionan que no hay consenso en cuanto a las opiniones que se tienen de esta bebida. En conversación con Punto Vital, menciona que hay toda una corriente que se manifiesta contraria al consumo de café, por ejemplo en hipertensos, lo que a su juicio no tendría aún un sustento científico: “la presión sube, pero no a niveles dramáticos. Además, los hipertensos tienen otros trastornos como la diabetes y la obesidad, problemas que tienen que ver con procesos inflamatorios y de oxidación exacerbada que se contrarrestan con el café”, enfatiza.
Otro dato entregado por Silva Ocampo es el que se refiere a la in gesta de esta infusión durante el embarazo. El nutricionista toma como eventos aún no comprobados aquellos que mencionan que beberlo provoca trastornos en el feto, sin embargo, recomienda no consumirlo en exceso. “No hay evidencia que diga que el café determina estos problemas. Es todo muy contradictorio y por eso en este caso es mejor abstenerse”, asume.
Una de las propiedades que más se conoce de la cafeína es que interviene en el sistema nervioso central estimulando “el estado de alerta y el ánimo de las personas” y que por lo tanto, causaría adicción. Para Paulo Silva, esto tampoco sería un hecho patente, pues no hay estudios que así lo comprueben. No obstante, es aconsejable estar atento a cuántas son las tazas que bebemos diariamente, ya que algunas mono grafías certifican que a largo plazo, se estaría frente a trastornos como el insomnio y enfermedades gástricas.
Actualmente, son muchos los alimentos que poseen a la cafeína entre sus ingredientes: bebidas cola y el té son algunos de ellos. Al respecto, el profesional dice que en ese sentido, el café estaría presente incluso en la digestión diaria de los niños, haciendo hincapié en que el alcaloide también posee la capacidad de inhibir la absorción de algunos minerales como el hierro y por esta razón, no es recomendable que los pequeños sean consumidores, ya que podría afectar en su desarrollo.
Otra característica de la cafeína es que aumenta la termo génesis – es decir – permite que el cuerpo gaste más energía que antes y es por eso que incluso existen dietas que lo colocan como protagonista. “No es la idea volverse adicto a este producto”, resalta el nutricionista, comentando además que hubo un tiempo en el que se usó café para trabajar trastornos del peso. No obstante, hay que tener en cuenta que no es un suplemento alimenticio y el hecho de que estimule la secreción de adrenalina, podría situarlo como un arma de doble filo.
En cuanto a los datos que por ahora sí están comprobados, el profesional cuenta que entre ellos, se establece que una dosis de 5 miligramos por kilo de cafeína disminuye la sensibilidad de la insulina, es decir, tendría incidencia directa en pacientes con diabetes tipo 2. Así lo certifica la Revista Chilena de Nutrición, donde en su edición de junio de 2007 menciona que el consumo en cantidades crecientes de café a lo largo del tiempo, sería beneficioso para estos pacientes debido – una vez más - a su acción antioxidante.
Otro aporte positivo en el cual se ha estado investigando es la disminución del riesgo de contraer males como el Parkinson. “Esto sería efectivo con dosis que vayan desde las dos tazas al día”, agrega Silva. Además, se ha estudiado la efectiva relación entre el café y el hígado, donde la infusión sería un buen compañero que permitiría la protección del órgano frente al desarrollo de la cirrosis, sobre todo de la provocada por el alcohol.
En conclusión, Paulo Silva Ocampo dice que tomar café (incluso hasta 5 tazas al día), no es tan malo como se conoce. Bebiendo en cantidades moderadas y consultando al médico en caso de padecer de ciertas patologías que pudieran actuar como enemigas de esta infusión, el ‘oro negro’ podría pasar a ser uno de los productos más apetecidos por los chilenos.
Otros datos aportados por el nutricionista relacionados con el consumo del café son:
- Beber este líquido no implica acercarse a hábitos como el tabaquismo.
- El café descafeinado tiene la misma cantidad de antioxidante que el café normal. Su única diferencia es la disminución en la cafeína.
- Cuatro tazas de café al día (incluso 9 según algunos estudios mencionados en la Revista Chilena de Nutrición) no producirían ningún daño a nuestro organismo.
- La cafeína produce irritación gástrica, por lo que aquellas personas que sufren de patologías asociadas al estómago, deben disminuir o anular (frente a la sintomatología) la in gesta.
- Para evitar las alzas de presión que provoca el café, se recomienda tomarlo suave y no cargado.
- Aunque su precio es mayor, se recomienda beber café de cepa arábica por sobre la robusta, esto porque la primera contiene menor cantidad de cafeína.
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